Fuente: www.elboletin.com
El rápido crecimiento de las ‘fintech’ no ha pasado desapercibido al Banco Central Europeo (BCE), que ha iniciado una consulta pública para armonizar los criterios por lo que estas empresas pueden tener una licencia bancaria. Y el supervisor único bancario de la zona del euro aprovecha para enviar un aviso a navegantes: a los bancos ‘fintech’ se le podrá exigir mayores ratios de liquidez y colchones de capital más mullidos.
Dentro del proyecto de directrices para la concesión de licencias, el BCE apunta que los bancos ‘fintech’ pueden necesitar mayores niveles de liquidez dado que sus bases de clientela serán más volátiles y más dependientes de las guerras de precios en el sector. Precisamente la posibilidad de que requieran una estrategia de precios más agresiva al entrar en unos mercados ya maduros exigirá también unos requisitos más altos de capital.
Aunque todavía es relativamente pequeño, se espera que la irrupción de las ‘fintech’ sea clave para el crecimiento económico en los próximos años, robando protagonismo –y cuota de mercado- a los bancos tradicionales en negocios que van desde el crédito a los sistemas de pago.
En el caso de que puedan captar depósitos, como los bancos tradicionales, necesitarán una licencia bancaria homologada por el BCE, que por el momento ya ha concedido seis licencias bancarias ‘fintech’, con otras dos solicitudes pendientes sobre la mesa, según apunta Reuters.
“Los depositantes online pueden mostrar comportamientos sensibles a los precios, siendo más probable una retirada de sus depósitos y un cambio hacia un competidor que pague tipos de interés más altos”, considera el BCE. La percepción de la institución es que los depósitos contratados online son más volátiles que los tradicionales, contratados en la sucursal bancaria.
La mayoría de ‘fintech’, no obstante, no requerirá licencia bancaria del BCE, ya que sus actividades son más limitadas y no incluyen la captación de depósitos.
Para aquellos que sí la necesiten, el BCE podría además exigir a sus accionistas un compromiso de financiar a la empresa durante un plazo de hasta tres años. Asimismo, les requeriría un testamento vital, es decir, un documento en el que se detalle cómo se enfrentaría a una posible quiebra.
La consulta pública puesta en marcha por el BCE concluirá el 2 de noviembre.