Fuente: Diario Financiero
Durante el último mes se ha registrado una explosión en el interés por las criptomonedas, tales como el Bitcoin y el Ether, formas de pago descentralizadas, que tienen en la encriptación de datos el respaldo de su valor material y no requieren cuenta bancaria o tarjeta de crédito para operar con ellas.
Existen centenares de monedas virtuales, las más reconocidas son el Bitcoin y el Ether y otras que buscan entrar en las grandes ligas como Ripple y Litecoin. Todas, divisas que se mueven en plataformas Blockchain (de cadena de bloques), que permiten transferir valor de manera segura, inmediata y permanente, de forma electrónica, sin la necesidad de que un tercero centralizado -en este caso un banco- que lo certifique. La tecnología Blockchain permite conservar el registro y la criptografía de cada transacción para verificar operaciones realizadas.
Cristóbal Avilés, gerente general Latam Capitaria, empresa de trading e inversiones, comenta que a nivel global, el volumen de transacción de criptomonedas está en torno a los US$ 5 mil millones al día.
Las plataformas de Blockchain y la seguridad y confianza que genera, ha impulsado el uso de estas monedas a nivel mundial. Por ejemplo, el gobierno de Japón aprobó una normativa que las regulariza como forma de pago y exime de impuesto a las transacciones.
Otro país que ha tomado la delantera es Suiza, donde la Asociación Suiza del Bitcoin reportó en 2015 que la divisa electrónica estaría exenta de IVA. Además, en la ciudad de Zug, llamada el Crypto Valley Zug, los residentes ya pueden cancelar varios servicios públicos en criptomonedas. A nivel de empresas también hay avances. Este año, EY Suiza acepta las divisas virtuales para el pago de sus servicios de consultoría y auditoría, e instalaron un cajero automático de Bitcoins.
Nuevas monedas
Una alternativa al Bitcoin es el Ether, moneda que en Chile pasó de valorizarse en $ 7.000 en diciembre de 2016, a $ 140.00o al día de ayer. Esta criptodivisa opera a través de la plataforma Ethereum, creada en 2014, un software que permite construir aplicaciones descentralizadas o dapps, que gracias a la tecnología Blockchain, funciona sin posibilidad de interrupciones, censura, fraude o interferencia de terceros.
Para Martín Jofre, cofundador de CryptoMKT, startup chilena, premiada como la compañía más disruptiva del Fintech Awards Latam 2017 y que se dedica a las transacciones en Ethereum, las ventajas de esta plataforma, versus el Bitcoin, radican en que es 20 veces más rápida y los costos de transacción, 5o veces más bajos. «Por la arquitectura de software, en Ethereum se pueden desarrollar aplicaciones más sofisticadas, los Smart Contracts (contratos inteligentes), que permiten que ciertas condiciones se establezcan de manera predeterminadas y puedan ejecutarse por el sólo hecho de realizarse. Esto significa que cuando se establece y pacta en la Blockchain de Ethereum el resultado, debe hacerse, no se vuelve a discutir si se hace, es obligatorio», clarifica Jofré.
Operación e inversión
Julián Herman, socio de consultoría Estratégica y Digital de EY (ex Ernst & Young), explica que las criptodivisas se transan a través de exchanges (el equivalente a «casas de cambio» virtuales), donde el usuario abre una cuenta y luego pone una orden de compra o venta, la cual cerrará con otro usuario. «En general, el mercado de las criptomonedas no está regulado y por su naturaleza no tiene intermediarios, lo que implica un ahorro a la hora de tener que hacer transacciones, pero a su vez limita las garantías sobre el dinero que se opera con ellas», destaca Herman.
También se utiliza como vehículo de inversión o especulación financiera, aprovechando la volatilidad que han demostrado en los últimos meses. En esta línea, existen dos principales métodos.
«Por un lado, se puede comprar estas monedas virtuales a través de plataformas que permiten adquirir directamente las criptomonedas; y por otro, existe la opción de invertir a través de los contratos por diferencia (CFD), con los que si bien no se es dueño de la divisa, el efecto es el mismo y los costos de transacción son menores», explica Avilés, de Capitaria.
Agrega que esta opción de trading, exclusivamente de CFD, otorga la ventaja de generar ganancias sólo con la variación del precio, que es el principal atractivo que tienen hoy las divisas electrónicas. «Muy pocos quieren tener criptomonedas sólo por tenerlas o por querer comprar algo con ellas. La mayoría las quieren por beneficiarse del cambio en su valor», comenta. Respecto del perfil de quienes transan estas criptodivisas, tanto Avilés de Capitaria, como Jofré de CryptoMKT, afirman que son gente joven ligada a la tecnología, no obstante, la masificación de estos instrumentos de inversión ha sido transversal en cuanto a género y rango etario. Revelan que un factor en común es la tolerancia al riesgo, aspecto clave al considerar las fluctuaciones de las divisas electrónicas, muy por sobre las acciones u otros activos más tradicionales.
De cara a los próximos años, Herman, de EY, advierte que en la medida que el mercado se regule, las criptomonedas deberían tender a estabilizarse, superponiéndose las más fuertes -que se utilizarán con mayor frecuencia en las transacciones comerciales- por sobre las más débiles, tal como pasa hoy con las divisas físicas. Las débiles, dice, serán como monedas «locales».