Fuente: www.economiadigital.es
El negocio está en los datos. Numerosas voces lo advierten desde hace tiempo: en una sociedad hiper-conectada como la actual, el rastro que dejamos en cada movimiento o cada acción vale oro. No el de una sola persona, pero sí el de cientos, miles de iguales que también se desplazan cada día al trabajo con su móvil en el bolsillo, realizan búsquedas desde su ordenador personal o pagan su último capricho desde la cuenta bancaria online.
Hasta ahora, empresas como Google o Facebook aparecían como los grandes expertos, y los grandes beneficiados, a la hora de exprimir la información recabada de sus usuarios. De la buena gestión de la misma dependen los millonarios ingresos que reciben estas tecnológicas a través de la publicidad segmentada y personalizada que aparece en nuestras pantallas. Pero ya no sólo las compañías nacidas por y para internet saben hacer negocio con estos datos. BBVA, avanzadilla de la apuesta digital del sector financiero español y europeo, acaba de lanzar una herramienta que abre una línea de ingresos hasta ahora inédita entre los bancos españoles.
Desde esta semana la entidad presidida por Francisco González ha abierto a desarrolladores y otras empresas su mercado de APIs (siglas en inglés de interfaz de programación de aplicaciones). En este escaparate BBVA pone a la venta una serie de productos –hasta siete en el mercado español del banco—con los que terceras empresas pueden integrar en sus desarrollos (aplicaciones, servicios online, etc.) parte de los datos financieros de los clientes del banco azul.
Para lograrlo, dichas compañías tendrán que presentar antes los detalles de su proyecto a los responsables del banco, quienes aprobarán o no, previo pago de una cantidad no revelada, el acceso a diferentes paquetes de datos. Esta información, aseguran desde el banco, ha sido debidamente autorizada para su cesión por parte de los clientes, mediante una de esas casillas de aprobación que muchos marcan apenas sin mirar.
Datos de cuentas y de pagos en comercios
Entre los productos actualmente ofertados por BBVA figuran, por ejemplo, una interfaz de programación sobre cuentas de clientes del banco (API Accounts). A través de esta herramienta terceras empresas pueden acceder al histórico de movimientos del cliente en cada una de sus cuentas desde enero de 2007 o al saldo actual de las mismas. Tal y como explica un responsable de BBVA en el propio portal del API Market, este servicio ha despertado gran interés entre agregadores bancarios (aplicaciones de gestión de diferentes cuentas y otros gastos personales) o empresas de scoring, dedicadas a medir la solvencia de un particular o una sociedad.
Otra de las herramientas disponibles, API Paystats, está centrada en las estadísticas de transacciones con tarjetas de BBVA en comercios físicos. Millones de pagos, contabilizados desde 2014, que se pueden segmentar bajo diferentes criterios (tiempo, ubicación, tipo de comercio, género, edad, etc.) y que, de nuevo insiste el banco, han sido previamente anonimizados. En este caso la información es suministrada a terceros en base a los barrios o las zonas de la ciudad donde se hicieron las compras. Un caramelo, claro está, para cualquier cadena comercial que tenga que decidir dónde abrir su próximo tienda o restaurante.