Hasta hace poco, los bancos tuvieron un monopolio casi total del lucrativo sector del envío de dinero al extranjero. Los fundadores de TransferWire, que nacieron en la antigua URSS, están socavando esta posición dominante.
A Kristo Kaarman, uno de los fundadores de la empresa para enviar dinero TransferWise, le brillan los ojos cuando explica cómo ha crecido el negocio que creó con su amigo, Taavet Hinrikus.
La empresa, fundada solo hace cuatro años, ya ha transferido más de US$4.500 millones de sus clientes alrededor del mundo y emplea a 400 personas en cinco oficinas.
Los bancos tuvieron un monopolio casi total de este sector tan lucrativo, en el que se transfieren más de US$500.000 millones al extranjero cada año.
Pero esto ya no es así, según Hinrikus, que piensa que los bancos «se han dormido».
TransferWise tiene un impresionante listado de inversores, como el fundador del grupo Virgin Sir Richard Branson, el cofundador de PayPal e inversor de Facebook Peter Thiel y David Yu, uno de los fundadores de Betfair.
Kristo Kaarmann (primero por la izquierda) y Taavet Hinrikus (primero por la derecha) lanzaron TransferWise en 2011.
En enero, los diarios reportaron que algunos fondos de inversión de Silicon Valley valoraban a TransferWise en US$1.000 millones, una suma sobre la que Hinrikus no quiere hacer comentarios.
«Han sido rápidos adoptando tecnología moderna para optimizar la forma en que funcionan las cosas internamente, pero cuando se trata de servicios al cliente, sus procesos no han cambiado realmente en muchas décadas».
Los dos estonios pusieron en marcha TransferWise en 2011 cuando ambos vivían en Londres.
Kaarmann recibía su sueldo en libras pero tenía que pagar facturas en Estonia, y Hinrikus recibía su sueldo en euros pero necesitaba libras esterlinas para cubrir sus costes de vida.
Así que inventaron una forma de enviar dinero a sus respectivas cuentas, de forma que no tenían que pagar comisiones adicionales a los bancos por la transferencia.
«Los bancos son muy lentos», dice Kaarmann.
«Mientras que el resto de sectores que dependen de la tecnología, como los medios, los diarios y la música, se han visto afectados, en los últimos 20 años no ha pasado nada emocionante en el sector bancario», dice Kaarman.
Kaarman sabe de qué habla, ya que antes trabajó para las consultoras PwC y Deloitte aconsejando a los bancos sobre cómo mejorar sus sistemas.
Mientras, su socio de negocios Hinrikus ya ha hecho tambalearse a la industria de las telecomunicaciones, ya que fue el primer empleado de Skype.
Orígenes soviéticos
Los amigos eran originariamente de la Unión Soviética. Hinrikus tenía 10 años cuando Estonia se independizó y cree que la experiencia de vivir bajo el comunismo ha convertido a los estonios en más emprendedores.
Taavet Hinrikus cree que el haber crecido en la Unión Soviética hizo a su generación más emprendedora.
«Tuvimos que construir el país desde cero», dice.
«No teníamos sistemas informáticos heredados, procesos o procedimientos».
«Si tenías que arreglar tu lavadora, tenías que usar partes de un auto. Si querías algo tenías que construirlo tú mismo, y esto insertó en la gente una actitud de no tener miedo a arremangarse y ensuciarse las manos».
Dice que más gente debería empezar un negocio.
«Por alguna razón, la gente tiene miedo, tienen miedo de caer. Lo máximo que pierdes es unos meses de tu vida y, a cambio, ganas una experiencia fantástica que te ayudará en el futuro».
¿Una burbuja?
¿Sugieren los rumores sobre el valor de la empresa un retorno a la burbuja de las telecomunicaciones que provocó la caída de las acciones tecnológicas al comienzo del milenio?
«Esto es muy diferente», dice Hinrikus.
«Si ves cuánta gente tiene acceso a internet y la rapidez con que crecen las empresas y generan ganancias…».
Taavet Hinrikus y Kristo Kaarmann no comentan las informaciones sobre el valor de su compañía.
«Es muy diferente a 1999, cuando el mundo se fue más rápido de lo que debía, pero ahora nos estamos beneficiando de aquel momento. Todo lo que la gente pensó que pasaría, está pasando ahora».
La forma en que trabaja TransferWise es que en lugar de mandar dinero a través de las fronteras, la compañía pone en contacto a gente transfiriendo en una dirección con gente transfiriendo en otra, lo que se conoce como transferencias entre iguales.
Lo que haces es comprar divisas de otros individuos.
La tasa que te ofrece la página (el punto medio entre los precios de venta y de compra de las dos divisas) se toma de la publicada por Reuters, y es con frecuencia significativamente menor que las ofrecidas por los negocios tradicionales de intercambio de divisas.
La empresa cobra una tasa de una libra en todas las transacciones de hasta £200, y un 0,5% a partir de esta cantidad.
Presiones competitivas
Desde el lanzamiento de TransferWise, han aparecido en el mercado otros competidores con un modelo similar, pero los estonios creen que lideran la competición.
Es un tema con el que TransferWise puede lidiar, opina la inversora en tecnología Eileen Burbidge.
«No hay nada que evite que alguien copie lo que hace TransferWise», dice. Pero cree que la ventaja de TransferWise son las personas que dirigen el negocio.
«Llevamos cuatro años construyendo TransferWise. Será difícil de copiar ya que tendrán que alcanzarnos y nosotros estamos innovando y creciendo», dice Hinrikius.
Un negocio construido sobre la inmigración
En enero, TransferWise se estableció en Estados Unidos y sus creadores dicen que el negocio ha crecido rápidamente, a una tasa de un 40% o 50% al mes.
«Estados Unidos es un mercado enorme que tiene una gran población inmigrante de Europa, India y otras partes del mundo. Muchos todavía tienen vínculos fuertes con sus orígenes así que mueven mucho dinero», dice Hinrikus.
«Yo creo que el mundo se está volviendo mucho más pequeño. La gente se mueve mucho más que antes, nosotros mismos somos inmigrantes, empleamos a gente de 20 nacionalidades así que somos muy fans del pequeño mundo global».
Fuente: http://www.t13.cl/