Expertos piden giro en foco de Start-Up Chile, con métricas y conexión con inversionistas

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Andrés Meirovich, fundador de Genesis Partners: “Todos los programas tienen una fase de inversión previa, lo que si me asustaría es que siguiésemos los próximos cuatro años igual”.

Han pasado cinco años desde la creación de Start-Up Chile de Corfo, período en que el programa ha logrado con éxito el objetivo propuesto en 2010, logrando posicionar a nuestro país en el mapa de la innovación y el emprendimiento, fomentando la creación de un ecosistema.

A la fecha, Start-Up Chile ha financiado a más de 1.100 startups de 71 países, por más de $ 24.000 millones. De ellas, más de 250 han logrado levantar capital, posterior a su paso por el programa, por un monto de $ 92.000 millones, siendo la mayoría de estas inversiones provenientes del extranjero.

Logrado el propósito inicial, los expertos señalan que la iniciativa debe pasar a una segunda fase con foco en fondos de inversión y retención de talentos en el país.

Andrés Meirovich, fundador y director de Genesis Partners, destaca los buenos resultados del programa en materia de atracción de talentos, no obstante, plantea la importancia de pasar a una nueva etapa donde uno de los desafíos sea medir su valor, ya sea a través del capital humano que se queda en Chile, ventas de las empresas o el financiamiento levantado por medio de Venture Capital, entre otros.

En este sentido, sostiene que «no me asustaría si se midiese hacia atrás y tuviéramos un impacto negativo, sin mayores gastos en impuestos o no ha habido tanto financiamiento de los fondos de inversión. Todos los programas tienen una fase de inversión previa, lo que si me asustaría es que siguiésemos los próximos cuatro años igual», afirma.

Por ello, apunta a la importancia de atraer a más fondos de inversión para generar una mayor competencia y así las startups que lleguen al programa tengan financiamiento posterior.

Concuerda, Cristián López, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), pues la mayor conexión con los fondos permitiría a las startups establecer sus empresas y desarrollar sus negocios en el país. Si bien destaca que el programa es un referente a nivel mundial en materia de políticas públicas para el emprendimiento, señala que aún se pueden seguir mejorando ciertas áreas.

«Hay que llevar a más emprendedores a regiones para que no sea un programa centralizado y adicionalmente darles un acompañamiento posterior, para generar más rondas de inversión y visibilidad», afirma.

Por su parte, el presidente de Innspiral, Iván Vera, expresa que el programa lo ha hecho bien en base a los propósitos iniciales, pero aún hay mucho por hacer. Advierte que es clave generar más casos de éxito. «Innovaciones extraordinariamente útiles y usadas que se convierten en sujeto de inversión», comenta.
No obstante lo anterior, explica que si no hay emprendimientos dignos de inversión, no se generan las condiciones para que se establezcan más fondos de capital de riesgo y si bien en el último tiempo han aumentado su presencia, no se encuentran muchos casos donde invertir. «Las startups que llegan al programa finalmente se van a otros mercados donde sí encuentran financiamiento para la próxima fase», indica.

Vera explica que son dos las tareas clave. La primera es convocar startups tecnológicas que, a través de soluciones de Internet de las Cosas, potencien las industrias de recursos naturales del país. Por otra parte, plantea que el programa debe atraer emprendimientos con foco en industrias con potencial de desarrollo en las que Chile pueda ser líder a nivel mundial.

Los nuevos desafíos

Desde Start-Up Chile su directora ejecutiva, Rocío Fonseca, comenta que «como en todo emprendimiento al principio hay una fase de probar, testear y ver qué cosas resultan. Ahora entramos en una etapa donde tenemos que empezar a consolidar nuestro desarrollo».

Adelanta que uno de los desafíos será trabajar en la consolidación de indicadores de impacto. «Hasta el momento habíamos estado focalizados en la generación de impacto social, donde el foco era fomentar el ecosistema innovador y de emprendimiento (…). Ahora nos tenemos que preocupar de cuál es el impacto económico, ver cuánto empleo se genera, cuánto capital humano avanzado se está quedando en Chile, haciendo negocios y haciendo crecer sus empresas», sostiene la ejecutiva, añadiendo que la meta es contar con las primeras métricas en los próximos cinco meses.

Además, impulsarán la presencia de emprendedores en regiones con financiamiento adicional, comenzando con pilotos en Valparaíso y Concepción.

A esto se suma la generación de un vínculo con el mundo empresarial para apoyar la continuidad de las startups, por lo que se conectarán con inversionistas y fondos de inversión para ayudarlas a levantar capital para su negocio de manera posterior.

«Asociarnos con las empresas es vital. Todas las firmas chilenas tienen desafíos tecnológicos y quieren trabajar en temas de innovación, pero a veces no saben cómo y una buena alternativa podría ser trabajar con Start-Up Chile o con cualquier tipo de emprendimiento», concluye.

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