Por: Matías Salvador, Senior Delivery Manager Globallogic
La Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) no es algo del futuro, sino del presente.
Este término, acuñado por el británico Kevin Ashton en 1999, implica que los equipos están interconectados y funcionando entre sí, de manera automática, sin necesidad de la intervención del hombre.
Las oportunidades que ofrece IoT para el marketing digital son enormes. De hecho, estamos entrando en la “tercera era del marketing». Se trata de un nuevo paradigma impulsado por millones de dispositivos, usuarios y aplicaciones bajo el cual se amalgaman la tecnología móvil, el Cloud Computing, las redes sociales y el Big Data. En este contexto, cada objeto conectado desempeña un papel activo y funcional en las distintas industrias así como también en el uso del consumidor final.
Esto es así ya que cada objeto conectado proporciona datos en tiempo real, los cuales son analizados (también en tiempo real), de modo tal que las organizaciones pueden saber quiénes son sus clientes, dónde están, cómo interactúan con los productos y servicios, y cuán comprometidos están para tomar una decisión de compra. Por ejemplo: en breve comenzaremos a ver envases con etiquetas conectadas que se comunican con un software en la nube para permitir que innumerables productos no electrónicos se vuelvan interactivos y rastreables.
Otro caso: Si, por ejemplo, la heladera de un hogar está más vacía de lo habitual, podría ser capaz de informar al smartphone a través de una app móvil cuáles son los alimentos que deben comprarse a la brevedad. Y eso no es todo: la aplicación contendrá publicidad de distintas marcas que tratarán de convencer al usuario con hambre para que éste los adquiera. En todo este proceso no actúa ningún humano: simplemente una heladera, una app móvil y muchísimos datos analizados.
Así, a medida que más productos se conviertan en medios de comunicación interactivos, se complementarán con otros objetos, completando un ecosistema de aplicaciones que, al mismo tiempo, se complementarán con servicios digitales para las personas. Por caso, los vendedores podrán utilizar estas soluciones para estar más cerca de los clientes, ofrecerles experiencias altamente personalizadas y construir relaciones a más largo.
¿Y ahora qué?
Dado este panorama, los expertos en marketing digital deberán sumergirse cuanto antes en el mundo de la Internet de las Cosas para garantizar que cada interacción de datos será invisible para el usuario, pero proveerá a la marca de información valiosa para luego lanzar estrategias de marketing exitosas. En definitiva, IoT puede mejorar la satisfacción del cliente y su compromiso con la marca, ya que cuenta con una propuesta altamente personalizada. Basta con observar el caso de GlowCap, una tapa de envase de medicamento conectado que envía recordatorios a los smartphones de los pacientes para recordarles que es la hora de ingerir la medicación. Sin dudas, este caso muestra cómo productos conectados pueden simplificar, automatizar y mejorar nuestras vidas.
En este sentido, un “efecto secundario” de las cantidades masivas de datos que se recogen mediante los objetos conectados será la necesidad de contar con un mayor número de personas con habilidades para interpretar los datos.
Más de dos tercios de los consumidores dicen que van a contar con dispositivos conectados en sus hogares en 2019. En base a esta información y a otras fuentes similares, es que varios gurúes pronostican que el mercado de IoT generará ingresos globales por 19 mil millones de dólares en 2020. Por todo esto, el Marketing Digital tiene mucho por cambiar de la mano de IoT.