El panorama de la economía mexicana para lo que resta de 2015 y en 2016 se vislumbra complicado, de acuerdo con el ajuste de crecimiento económico anunciado por el gobernador del Banco de México. Esta disminución en el crecimiento económico del país puede resultar, al final, en limitación de gastos, reducción de presupuestos, desempleo e inflación arriba de lo estimado.
Aunque todavía no hay cifras concretas de cómo esto repercutirá en los diferentes sectores, analistas calculan que a finales de 2015 serán más claras las consecuencias, razón por la cual las personas se encuentran atentas, más exigentes y menos dispuestas a gastar en servicios y productos que no son necesarios, eficientes y satisfactorios. Esto crea un nuevo escenario para las empresas. ¿Cómo diferenciarse y seguir siendo indispensable en la vida del consumidor?
En el sector bancario, donde la interacción con el cliente es una relación diaria y normalmente de largo plazo, la situación financiera adquiere un valor especial. La tecnología permite a los clientes comparar precios, servicios y beneficios; transferir automáticamente su salario a una institución financiera de su elección; elegir entre una amplia gama de formas de hacer transacciones, y si algo del servicio no gusta, las personas se quejan públicamente y en línea. Ahora más que nunca, el consumidor necesita estar satisfecho para mantener su relación con el banco, ya que, como en todo, el gran diferencial de una compañía exitosa es la calidad.
La relación entre los bancos y los clientes se ha dado cada vez más a través de medios digitales. El último estudio que llevó a cabo la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), en 2013, sobre la banca electrónica en México, muestra que de los mexicanos que usan internet, 78% son usuarios de portales bancarios y 69% utilizan la banca por internet por lo menos una vez a la semana.
El estudio también destaca que 96% de las operaciones se lleva a cabo por medio de PC o laptop, y 26% de los internautas accede a la banca online por medio de dispositivos móviles. Asimismo, prácticamente 6 de cada 10 internautas mexicanos realizan pagos de servicios y transferencias a través de la banca en línea, por lo que la tecnología es un aliado importante para que instituciones financieras mantengan a sus clientes a través de un servicio de calidad.
La misma innovación tecnológica permite el desarrollo, mantenimiento y seguridad de aplicaciones, sitios web y transacciones en línea. La tecnología juega un papel clave para la administración de la institución financiera y para cumplir con las estrictas regulaciones del sector.
A largo plazo, la tecnología permite hacer más con menos. La investigación de 2015 de la Fundación Getúlio Vargas demuestra que cada 1% de lo gastado por una empresa en informática en 2 años se convierte en 7% de crecimiento en beneficio de la organización. Pocas inversiones ofrecen una tasa de rentabilidad tan alta.
La cifra anterior ayuda a explicar el hecho de que la tecnología sea el centro de una megatendencia que viene cambiando la forma de consumir, de comunicar y de relacionarse con la economía de las aplicaciones. Hoy en día las personas quieren hacer todo a través de aplicaciones. Detrás de la simplificación cotidiana a través de estas herramientas está una compleja estructura tecnológica, que permite un salto en una tríada fundamental para la satisfacción del cliente: experiencia del usuario, velocidad en lanzamientos o de mercado y seguridad.
Con las soluciones tecnológicas avanzadas disponibles hoy en el mercado, la visión para la administración de la tecnología y gobernanza de la misma, el consumidor debe ser el centro de atención de los procesos, por lo que las interfaces deben diseñarse para que funcionen de la forma más amigable y simple como sea posible. No basta hacerlo bien; tenemos que hacerlo rápido, es decir, el tiempo entre la identificación de la necesidad de una aplicación, o la funcionalidad de actualización y su lanzamiento, tiene que ser a menudo en horas y en constante reducción, pues hay cambios que deben hacerse en minutos. Cada esfuerzo será en vano si no hay una capa fuerte de seguridad, cuestión esencial en el área financiera. El consumidor necesita asegurarse de estar en un ambiente seguro para abordar con confianza las cuestiones relacionadas con su dinero.
La tecnología se consolida como un requisito fundamental para que los bancos sigan siendo rentables y viables, aun en medio de la crisis, mediante el logro continuo de sus accionistas de preferencia.