Por: Franco Monsalvo, CTO de Globallogic Latam.
No hay dudas de que estamos viviendo en un mundo de aplicaciones móviles. De hecho, los últimos números de ComScore Media Metrix confirman que los estadounidenses destinan más tiempo en apps diseñadas para smartphones y tablets que en aquellas para PC. Por este motivo, las marcas utilizan este recurso para entablar un canal de comunicación más con los usuarios.
Sin embargo, el problema, es que, en la mayoría de los casos, las estrategias de marketing se centran casi exclusivamente en la adquisición del usuario bajo la premisa que “si alguien descarga mi aplicación, la va a usar para siempre».
Lamentablemente, eso es un error. De hecho, según Localytics, 1 de cada 4 apps es abandonada después del primer uso. Por otra parte, en Android, una aplicación promedio pierde el 77 por ciento de sus usuarios, 72 horas después de la instalación.
Para revertir esta situación, muchos afirman que hay que invertir grandes sumas de dinero en publicidad, pero hay una ruta más inteligente: haciendo un análisis en profundidad sobre los usuarios y sus hábitos vinculados a la interacción con las aplicaciones, es posible diseñar una app pensando en entregar una experiencia alta y personalizada al usuario que elige operar con la herramienta. Los que prefieran optar por esta segunda vía, encontrarán a continuación varios tips para tener en cuenta:
- Enviar mensajes a los usuarios: Cuando están utilizando la app, muchas veces los usuarios reciben notificaciones de la propia herramienta. En líneas generales, este recurso se utiliza para motivar a los clientes a evaluar la aplicación (fundamental para la clasificación en el appstore), notificarlos sobre cambios o nuevos contenidos, ofrecerles recompensas y promociones, entre otros.
Estos mensajes permiten interactuar con los usuarios y ayudar a que éstos se comprometan más con el uso de la app. Al respecto, los datos analíticos son clave para saber cómo y cuándo personalizar los mensajes en la aplicación, de manera que lleguen al usuario correcto en el momento justo, en el dispositivo correcto.
- Pruebas constantes: Las pruebas A/B permiten testear diferentes versiones de una aplicación, ya sea desde el diseño o desde el contenido para ver cómo impacta cada una en los usuarios. Mediante la comprensión sobre qué es lo que mejor y peor funciona, se puede ir perfeccionado la herramienta para que siempre resulte atractiva para el usuario y no la cambie por otra similar que haya desarrollado la competencia.
- El diseño, en el centro de la escena: El diseño es un componente muy importante ya que los usuarios prefieren siempre utilizar apps que sean visualmente atractivas e intuitivas.
- Viralidad: Con el objetivo de sumar nuevas descargas, la app puede incorporar un mecanismo viral para que los usuarios puedan compartir con sus amigos y publicar en sus redes sociales. Esto sirve esencialmente para ganar muchos clientes y aumentar la visibilidad a través de un punto de contacto directo.
- Atención con las métricas: Siempre hay que darle importancia a las métricas dentro de la aplicación para ver, por ejemplo, que funciones son las que más usan los usuarios y cuáles son las que gustan menos. Sin dudas, realizar acciones en una app en base a la analística recogida permite construir un mejor producto con cada revisión y responder a lo que quieren sus usuarios.
Con tantas variables que entran en juego para que una aplicación tenga éxito, es necesario convocar a expertos con experiencia en el mundo mobile ya que la tarea no es sencilla.