Por Alejandra Aparicio, Gerente Senior de Marketing de Samsung Chile.
Levantarse, que el televisor detecte el movimiento y automáticamente programe el canal favorito. Que un automóvil se conduzca solo desde un punto a otro. Que un horno microondas sea capaz de identificar si la comida está lista sólo por el olor. Parecen descripciones provenientes de una película futurista, pero no lo son. Se trata de ejemplos de las infinitas posibilidades que brinda el Internet de las Cosas (IoT), un concepto que se impuso como tendencia en la reciente feria de tecnología Consumer Electronic Show (CES) y que promete revolucionar el mercado.
Todo indica que la industria tecnológica debiera avanzar hacia un uso integrado de los dispositivos, con el objetivo de identificar el entorno en que los consumidores se mueven y así, a través de la tecnología, dar respuesta a las necesidades únicas e inmediatas de las personas.
En este marco, Samsung como uno de los principales fabricantes de productos electrónicos, asumió la responsabilidad de liderar el desarrollo del Internet de las Cosas. Por eso, manifestamos el compromiso de que aquí a 2020 todos nuestros productos funcionarán bajo esta premisa.
Desde hace un tiempo creamos herramientas convergentes y pretendemos seguir desarrollando sensores que entiendan el entorno de las persona; chips que utilicen menos energía y sean más amigables con el medio ambiente y apoyando a comunidades de desarrolladores que hagan posible un ecosistema para sostener el Internet de las Cosas.
Es que más que un concepto, el IoT es una filosofía que simplificará la vida de las personas, al permitir que todos los productos que conocemos, interactúen entre sí y sean controlados a distancia.
Ahora, el desarrollo del Internet de las Cosas no sólo impactará y modificará la vida de las personas, sino que también lo hará a nivel de industrias y economía mundial. Ergo, su importancia no sólo radica en que todos los productos tecnológicos sean independientes e inteligentes, sino que tengan la capacidad de conectarse unos con otros de forma eficaz y segura.
Sin embargo, para que esto resulte, se masifique y logre el éxito esperado, creemos que las empresas de todos los sectores de la tecnología tendrán que colaborar para la construcción de una infraestructura adecuada y desarrollar servicios personalizados del Internet de las Cosas, que puedan atender todas las necesidades de las personas. Y aún más, debe ser un sistema abierto donde cualquier producto, desde cualquier plataforma, pueda ser capaz de conectarse y comunicarse con otros equipos.
Las empresas deben unirse para potenciar esta tendencia que entrega múltiples beneficios en diversas industrias. Sólo trabajando juntos será posible continuar mejorando la vida de las personas. Por eso, debemos aceptar el reto de sumarnos a este verdadero movimiento y apostar por la revolución tecnológica.