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Soluciones como PayPal, iZettle, SumUp, Google Wallet o Amazon Coins pueden cambiar en un futuro los hábitos de consumo
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La cuota de mercado de los proveedores no bancarios ha pasado del 0,5% mundial en 2009 al 8% en 2013
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El 23% de las pymes españolas implantarán soluciones de pagos móviles en el primer semestre de 2014
Las nuevas tecnologías cambiarán la forma en la que usamos los servicios bancarios, entre ellos, los medios de pago. Por ejemplo, el número de usuarios que abonarán sus compras a través del móvil pasará de 212 millones en 2012 en todo el mundo –el 32% más que el año anterior– a 448 millones en 2016, es decir, más del doble en sólo cuatro años, según la revista electrónica Edge, del BBVA. Aunque el modelo de negocio más viable, por ahora, en este mercado de los llamados e-payments (o e-pagos) sigue en manos de las entidades financieras tradicionales, estas no pueden quedarse de brazos cruzados.
Así, los proveedores no bancarios pasaron de tener una cuota en este mercado del 0,5% en 2009 al 8% en 2013. En España, todo apunta a que las pymes serán las que potencien las nuevas tecnologías en los pagos. Un estudio realizado por la consultora Penteo, junto a iZettle –plataforma que permite pagos online en comercios a través del móvil o la tablet y que evita el Terminal del Punto de Venta (TPV)–, desvela que el 23% de las pymes españolas implantarán soluciones de pagos móviles en el primer semestre de 2014, mientras que el 49% lo harán en los próximos dos años.
Javier Flores, de Asinver, opina que estos cambios que estamos viviendo responden a dos factores. El primero de ellos está relacionado “con la participación de la banca en la crisis, lo que ha provocado que las entidades tradicionales pierdan su imagen de marca y su credibilidad. El segundo está vinculado con esta idea. ¿Por qué? El cliente “ha perdido el respeto a la banca, una actitud que ha conllevado a que hábitos que eran difíciles de extenderse hayan prosperado, e incluso estén alcanzando una aceptación masiva con una imagen limpia y creíble”.
Sin duda, el proceso será lento. Aunque las cifras revelan que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte –Edge recoge que el 39% de los pagos con móviles en todo el mundo lo realizan los jóvenes entre 18 y 26 años–, Joaquín Robles, analista de XTB, recuerda que los españoles son reacios a usar las nuevas tecnologías. Una realidad que podría cambiar en el futuro debido a los smartphonadictos, es decir, los adictos a los teléfonos inteligentes.
Los bancos reaccionan
Algunas entidades ya se están preparando para lo que está por llegar. BBVA y La Caixa se hallan entre las escasas entidades españolas que ofrecen a sus clientes la posibilidad de pagar con el móvil. El banco presidido por Francisco González reconoce que el lanzamiento de BBVA Wallet responde a la necesidad de la entidad de “posicionarse y prepararse para competir con los nuevos jugadores digitales”.
La entidad tiene como objetivo para 2016 duplicar sus clientes online y multiplicar por cuatro los de banca móvil. Y tampoco estará exento de contratiempos. Flores alerta del riesgo de que “el cliente banalice la importancia de la regulación para proteger al consumidor y que por la puerta del ‘free banking’ se cuelen todo tipo de propuestas, algunas ciertamente peligrosas para el cliente”.
Pero ¿qué compañías están llamadas a quedarse con parte del lucrativo negocio de los medios de pago? Un estudio del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) señala a PayPal como principal candidato a ganar cuota de mercado en este negocio. El informe sostiene que la experiencia de 15 años de PayPal juega a su favor: ha demostrado fiabilidad en un campo en el que reina la desconfianza en la seguridad de las transacciones, ya que su sistema permite pagos con la simple introducción de la cuenta de email en lugar de los datos de la tarjeta bancaria.
Además, sus servicios son más baratos que los de un banco. Las transacciones personales nacionales abonadas con saldo en PayPal o en cuenta bancaria son gratuitas, al igual que el pago de compras nacionales por internet. El vendedor abona por el servicio desde un 1,9% del importe más un fijo de 0,35 euros, según reconoce PayPal.
Por otra parte, se ha aliado con Facebook, por lo que pondrá este servicio de pagos a disposición de los anunciantes y los más de 1.000 millones de usuarios de la red social. Robles es un tanto más escéptico y opina que, si en los quince años en los que lleva operativo PayPal no ha supuesto una amenaza real para la banca, nada puede hacernos pensar en que vaya a ser así en el futuro.
PayPal es un gigante, pero a su sombra nacen otros competidores que van a más, tanto en Europa como en EEUU. En el viejo continente no sólo está la sueca iZettle –que, según admite el director general de la división española, Ignacio García, “se dirige a negocios que no aceptaban pagos con tarjeta, cubriendo las necesidades de un mercado, el de los autónomos y micropymes principalmente, que no encontraban una propuesta adecuada por parte de los bancos”–, también se está haciendo fuerte SumUp, presente en España desde 2012.
La estadounidense Square fue la pionera en convertir los smartphones y las tabletas en TPV. Fundada hace tres años por el creador de Twitter, Jack Dorsey, actualmente sólo está presente en EEUU, Canadá y Japón debido a que las tarjetas europeas –que funcionan con chips– son distintas al resto, lo que obliga a la compañía a adaptar su lector de tarjetas. Con todo, Square avanza en la entrada de nichos de mercado, pues próximamente va a abrir una sesión en español para sus clientes estadounidenses.
Google también quiere ser un monedero
El IEB señala otro actor que podría dar algún quebradero de cabeza a la banca: Google Wallet. Lanzado en 2011, permite pagar compras online en los comercios adaptados y adquirir aplicaciones Android que acepten este sistema. Incluso en EEUU ya está en marcha el pago directo en comercios mediante el móvil y sin tarjetas. A favor de Google juega la confianza que genera en el consumidor su marca, la segunda mejor valorada del mundo, detrás de Apple. Además, es el desarrollador de la tecnología necesaria para aplicar los avances que se están produciendo en el sector, es decir, es el creador del sistema operativo Android.
Un tercer actor en discordia es Amazon. La compañía de Jeff Bezos es una de las plataformas de ventas más importantes del mundo con una amplia información de sus clientes: desde sus números de tarjetas de crédito hasta sus gustos, aficiones, etc., lo que le da una posición privilegiada.
En Estados Unidos ya tiene en funcionamiento la Amazon Store Card, una tarjeta de crédito emitida por la propia compañía para realizar compras en el portal. La amenaza para el sector financiero –bancos y emisores de tarjetas de crédito– reside en que ahorra las comisiones que paga a intermediarios financieros por las transacciones. También en la primera economía del mundo cuenta con las Amazon Coins. Por ahora, sólo sirve para adquirir contenidos en Amazon (música, libros y apps) por clientes de Kindle Fire, la tableta de Amazon.
Por último, está Bitcoin, la moneda virtual de moda. Posibilita el envío de dinero desde un extremo del mundo hasta el otro en apenas unos minutos y sin coste, una operativa que, en la actualidad, el sistema financiero vigente es incapaz de realizar, a juicio del IEB. Desde Bank of America Merrill Lynch opinan que Bitcoin “podría convertirse en un medio de pago relevante en el comercio electrónico, e incluso llegar a ser un serio competidor en el negocio de remesas de extranjeros”.
Asimismo, el banco de inversión americano cree que esta divisa “tiene potencial de crecimiento” debido a que supone “un ahorro de costes en tanto que se eliminan las instituciones que actúan como contrapartida”. Con todo, una divisa sin regulación y puramente electrónica, esto es, sin respaldo de ningún banco central que pueda responder con activos, presenta más riesgos que ventajas por el momento.
En definitiva, las amenazas para la banca en el jugoso negocio de medios de pago están ahí. Para no perder cuota de mercado, los bancos tendrán que hacer un fuerte desembolso en inversión tecnológica, que en principio no va a tener como consecuencia mayores comisiones para los clientes bancarios, sencillamente, porque la tecnología les permite lanzar productos más evolucionados”, afirma Joaquín Robles.
Fuente: eldiario.es