Fuente: es.noticias.yahoo.com
La idea de hacer que los teléfonos móviles funcionen como tarjetas de crédito o monederos ha definido a algunas personas como visionarias y a otras como locas, un tipo de licencia que imprime dinero atípico si la seguridad no funciona.
La industria telefónica ve el dinero en el móvil como un enorme nuevo mercado además de los ya existentes servicios de voz, texto y datos. Pero los bancos, con el apoyo de los reguladores financieros, se han resistido durante mucho tiempo a los esfuerzos llevados a cabo por las operadores para modernizar a sus consumidores.
Esto no ha frenado al sector a la hora de adentrarse en los servicios financieros como las transferencias, los pagos o las transacciones, especialmente en los mercados emergentes donde los bancos cuentan con raíces más débiles.
La cuestión se reduce a quién está preparado para asumir los riesgos como la seguridad, el crédito y la amenaza del fraude eterno.
Los bancos tienen una amplia experiencia en el manejo de este tipo de riesgos y saben cómo es acumular dinero y aprobar créditos. Por otro lado, las empresas telefónicas están acostumbradas a facturar a millones de personas por la utilización de las redes.
El sector está preparándose para dar la opción de pagar con el móvil, que sustituirá al dinero en efectivo o a las tarjetas de crédito, y que podría ser de uso normal en tres o cuatro años.
En el mundo desarrollado, en el que existen muchas alternativas en cuanto a servicios financieros, es más difícil demostrar la necesidad de utilizar los servicios de los teléfonos de móviles.
Los bancos más innovadores como HSBC, que cuenta con servicios como la unidad de telefonía y banca online FirstDirect UK, buscan ofrecer acceso a las cuentas directamente a los usuarios del iPhone de Apple. Pero los servicios bancarios móviles están limitados tanto por la complejidad técnica como por la falta de demanda.
La respuesta para las compañías telefónicas es hacerse con los miles de millones de usuarios de móvil en todo el mundo que no tienen una cuenta bancaria. La gran mayoría viven en países en desarrollo, que son los que están experimentando el mayor aumento en el uso de teléfonos móviles.
La caída de los precios ha permitido a cerca del 40 por ciento de los usuarios africanos comprar teléfonos móviles, por ejemplo, y se espera que ese número ascienda al 70 por ciento en cuatro años. El 77 por ciento de los africanos no tienen cuenta bancaria.