En nuestro país ya existen más de 3 millones de estas nuevas tarjetas y sólo en un año han logrado evitar más de un centenar de fraudes comerciales. Sin embargo, su uso no es masivo.
En Chile existen 24 millones de tarjetas bancarias y comerciales circulando diariamente en el mercado, muchas de las cuales tienen un importante nivel de compra y endeudamiento, lo que las transforma en una verdadera tentación para delincuentes y estafadores.
Por ello, los bancos de nuestro país han comenzado a tomar medidas y nuevamente la tecnología aporta la solución.
El nuevo sistema se conoce como Magne-Print y fue implementado hace un año por el Banco de Crédito e Inversiones (BCI), en diversas tarjetas de sus clientes.
El encargado de Desarrollo de Negocios de BCI, Andrés Irarrázaval, explica que la tecnología Magne-Print «nos permite anticiparnos y detectar los intentos de fraude antes que se produzcan«, gracias a lo cual se «dan de baja» las tarjetas y los clientes son advertidos rápidamente del ilícito.
Esto fue lo que le ocurrió a Mariette Cruzat, quien nunca se dio cuenta de que su tarjeta había sido clonada, pues el nuevo sistema impidió que el fraude se realizará y, simplemente, recibió una llamada telefónica que le informó, según ella misma comenta, «que mi tarjeta había sido clonada, que había sido detectado por un nuevo sistema de seguridad y que la bloqueara de inmediato«.
Todo gracias al sistema anti-clonación, que no sólo certifica la banda magnética, que es altamente vulnerable, sino que también exige una segunda información, única en cada una de tarjetas: su composición material, algo así como el ADN del plástico.
Sin embargo, no todos los usuarios cuentan con las mismas garantías de Mariette, ya que el sistema Magne-Print sólo se encuentra implementado por el BCI.
Ese es precisamente el mayor problema de la lucha contra la clonación de tarjetas, ya que si esfuerzos como estos no se generalizan, los delincuentes podrán seguir actuando en cajeros no-protegidos, sin lograr erradicar de raíz el problema de la clonación.
Actualmente la tecnología brinda numerosos métodos de protección para las tarjetas bancarias, con el fin de evitar o minimizar los riesgos de sufrir una clonación del documento. Por ello, las autoridades policiales llaman a tomar medidas frente a este tipo de ilícitos.
El analista del OS 9 de Carabineros, Mayor Luis Frez, asegura que actualmente «el mercado mundial ofrece mucha tecnología que permite evitar que se produzcan clonaciones«, lo que es importante para «evitar un delito que rinde grandes ganancias a los delincuentes«.
Sentimiento que es compartido por el presidente de la Organización de de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu), Stefan Larenas, quien asegura que muchos bancos no implementan las soluciones tecnológicas «porque muchas de sus ganancias están en la compra de seguros que el usuario tiene que hacer por si acaso le roban o le clonan la tarjeta«, asegurando que con este tipo de delitos «todos hacen su negocio, tanto el clonador como emisor de la tarjeta«.
Pese a las duras críticas, la Superintendencia de Bancos no se refirió al tema. Sin embargo, en reiteradas oportunidades ha llamado a sus fiscalizadores a mejorar la seguridad y no traspasar ese costo a sus clientes.
Actualmente la tecnología anti-clonación existe a través de diversos métodos y su masificación ha permito que sea cada vez más barato implementarla. Por ello, la escasa iniciativa de los bancos al momento de decidir adquirir este tipo de tecnologías ha provocado suspicacias.
Sin embargo, y pese a las dudas que provoca la poca iniciativa bancaria, es de esperar que el uso de sistemas anticlonación se diversifique en Chile, con el fin de brindar a los usuarios una mayor seguridad a un sistema que demostró no ser infalible, pero que si llegar a serlo gracias al aporte tecnológico.