Por Gianni Hanawa
Director de Datos e Internet Cluster Sur
Level 3
Actualmente, existen más de dos mil millones de personas “conectadas” a Internet, sin embargo, para el año 2020 se proyecta que existirán más de 50 mil millones de dispositivos conectados a Internet, según el estudio “Big Data, Big Impact: New Possibilities for International Development” (2012) elaborado por el World Economic Forum (WEF). ¿Qué nos dicen estas cifras? Que hoy existen más “cosas” que personas conectadas y que ello tiene consecuencias inmediatas para el mundo de los negocios.
En efecto, la llamada explosión de datos o “big data” configura un nuevo paradigma, en donde la información será el gran “tesoro” de las empresas, viéndose ellas ante el desafío de perfeccionar sus estrategias para almacenar, administrar y explotar dichos datos digitales. Asimismo, y paralelamente, las organizaciones deben hoy replantear o complementar sus políticas de seguridad de la información, dado el fuerte aumento de dispositivos móviles usados por sus empleados para acceder a sus sistemas y realizar sus labores cotidianas.
Este segundo fenómeno, conocido como “consumerización” es considerado la tendencia capital en el ámbito de las tecnologías de la información. Teléfonos inteligentes, tablets y computadores portátiles, entre otros, seguirán insertándose cada vez más en el trabajo y no harán diferencia entre el uso personal (mercado de consumo) y el de trabajo (entorno empresarial), por parte de sus propietarios. De hecho, en Chile según el estudio de IDC “IT Invesment Trends Chile H2 2011”, señala que el 17% de las empresas entrevistadas permiten que al menos una quinta parte de sus empleados utilicen sus tablets en sus puestos de trabajo, para fines laborales.
Lo anterior significa que no estamos frente a una tendencia a la que se puede optar, sino ante una nueva realidad, en donde convertir datos en información y brindar el acceso a ella en cualquier lugar y dispositivo forma parte de la estrategia del negocio, asentada en nuevas formas de comunicación, de trabajo colaborativo, de atención al cliente y de optimización de procesos.
En este contexto, la mejora de la productividad no es una promesa y ya no se restringe sólo a las fuerzas de ventas o a la alta gerencia, como acontecía hasta hace poco, puesto que el uso de los dispositivos móviles es siempre beneficioso y abarca día a día a un mayor número de empleados. Sin embargo, para capitalizar esos beneficios y expectativas, las empresas deben hoy enfrentar dos desafíos principales.
El primero de ellos, y que es el que más aprensiones conlleva, es el de la seguridad de la información, es decir, cómo evitar accesos indebidos, pérdida o robo de datos críticos a partir del uso de dispositivos portátiles. El segundo es cómo realizar una integración transparente de ellos y cómo gestionarlos adecuadamente para garantizar que sus empleados, socios de negocios y clientes accedan a la información o realicen transacciones en forma oportuna, segura y desde cualquier lugar.
La industria tecnológica, y especialmente los proveedores de servicios, han tomado nota del nuevo paradigma, debiendo enfrentar también sus propios desafíos para permitir que las organizaciones no se diluyan en esfuerzos innecesarios para estar a la altura de los nuevos tiempos. Hoy, a través de la tercerización, la infraestructura tecnológica y los servicios y seguridad asociados a ella, pueden dejar de ser un lastre para las organizaciones y convertirse no sólo en una opción para reducir costos –la principal motivación hasta ahora-, sino también para abrir el camino a una verdadera innovación, poniendo el foco en el aporte que hace la tecnología al negocio y al desarrollo de nuevas ventajas competitivas.